Corporación Liceo Canadiense Guatemala

Corporación Liceo Canadiense Guatemala
45 años educando para el desarrollo de Guatemala

domingo, 3 de mayo de 2009

CARTA DE UN ALUMNO A SU MAESTRO

CARTA DE UN ALUMNO A SU MAESTRO

-Enséñame cómo aprender y no qué aprender, a pensar y no tan sólo qué debo pensar. Así desarrollaré mi inteligencia y no simplemente mi memoria.
-No me regañes delante de mis compañeros. Me haces sentir humillado y temeroso de ser rechazado por ellos; aceptaré mejor tus correcciones, si me lo haces calmadamente y en privado.
-Señálame mis cualidades y reconoce mis habilidades. La confianza que así desarrollo en mis capacidades me anima a esforzarme y me hace sentir valioso y adecuado.
-No me insultes con palabras, ni con gestos despectivos. Me haces sentir menospreciado y sin ánimo para corregir mis faltas o debilidades.
-Ten en cuenta mi esfuerzo y mi progreso no sólo el resultado final. A veces con poco esfuerzo logro mucho..., pero es más meritorio cuando pongo todo mi empeño, así logre poco.
-No me examines procurando reprobarme, ni te ufanes de haberlo logrado. Mis notas deben reflejar mi desempeño y no lo harán si las utilizas para desquitarte.
-Anota lo que hago bien, y no sólo lo que está mal. Cuando subrayas mis éxitos y no mis fracasos, me siento motivado a seguir mejorando.
-Cuando me corrijas o me disciplines, hazlo sin maltratarme física o emocionalmente. Si atacas mi persona o mi personalidad, deterioras mi autoestima y no mejoras mi disciplina.
-Confía en mi y demuéstrame tu confianza. Cuando me repites la misma cosa una y otra vez, me doy cuenta de tu desconfianza, y esto me precipita a fracasar. Trátame con cariño, cortesía y respeto. En esta forma te admiraré y, por lo tanto, desarrollaré un profundo respeto por ti.
-No me amenaces, pero si lo haces, cúmplelo. Si no cumples lo prometido, aprenderé que, haga lo que haga, siempre puedo salir eximido.
-No me ruegues ni me implores que me porte bien. Te obedeceré cuando me lo exijas con firmeza y sin hostilidad.
-Procura hacer clases amenas e interesantes, en las que yo pueda participar. Me aburro cuando todo es rutina, sólo tú hablas y yo nada puedo aportar.
-Cuando te haga preguntas, no me digas “eso ya lo explique”. A veces tus explicaciones no son claras o suficientes para mí; si pregunto, es porque quiero entender y aprender.
-No tengas preferencias. Cuando alabas a unos e ignoras a otros, deterioras nuestras relaciones y haces de mis compañeros mis enemigos.
-Cuando me criticas para corregirme, me defiendo y no acepto mis defectos. Sólo si acepto mis fallas, podré tratar de corregirlas. Ten en cuenta que aprendo más de quien aprecio que de quien me desprecia.
-No aceptes mies excusas ni mis ruegos por el incumplimiento de mis tareas. Cuando debo asumir las consecuencias de mis faltas, aprendo a responsabilizarme por mis deberes.
-Escucha lo que te digo con atención e interés. Si me ignoras o me callas cuando trato de expresarme, entiendo que mis ideas son tontas y que, por lo tanto, mi inteligencia es corta.
-No me compares con mis compañeros, ni con mis hermanos en años anteriores. Recuerda que no soy ni puedo ser igual a nadie y que, aunque no tengo las mismas, también poseo grandes cualidades.
-Trata de conocerme y de apreciarme como persona. Conociendo mis habilidades particulares podrás ofrecerme oportunidades para triunfar. Al sentirme capaz e importante para ti, crecerá el concepto que forme sobre mi.
-Ayúdame a desarrollar mis cualidades, y no simplemente mis capacidades. Ten en cuenta que......antes que un buen estudiante, debo ser un buen ser humano.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Rigoberto Ramírez, Cansur, Jorn. fin de semana.
La carta de un alumno a su maestro, pareciese haber sido escrita no por un alumno sino por un escritor, un poeta, un filósofo o en todo caso un psicólogo. Un estudiante, aun a punto de graduarse, no tiene esa riqueza de vocabulario. La misiva, más parece haber sido escrita antes de la creación de la PROCURADURÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS. En la actualidad, si uno agrede físicamente a un alumnos éste lo amenaza con ir a los derechos humanos y entablarle un juicio, que puede ocasionarle el despido de su trabajo o una severa prevención.
El autor de la carta,deja entrever cierta sutiliza y conocimiento de el APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO o las tan aludidas competencias. "Enséñame como aprender...!

Anónimo dijo...

RESPUESTA A LA CARTA DE UN ALUMNO A SU MAESTRO

Recibí tu carta, me llegó a lo más profundo de mis entrañas, me hizo cosquillas en el alma. Propició mi reflexión toda la noche. Me alegro que sugieras un pacto, lo que pides es correcto, tu propuesta es aceptable. ¡Cuánto tengo que cambiar!. Estoy dispuesto a mostrarte el pleno camino del aprender a aprender, para que desarrolles tu personalidad, ante todo para que seas acertivo-asertivo.
Nada de regaños, todo será exhortación, ya no prevalecerá la “razón de la fuerza, sino la fuerza de la razón”, reconoceré en ti la persona que eres, con tus defectos y virtudes, pero ante todo favoreceré las condiciones, a razón de la luz que puedan llevar mis palabras y mis actos, para que tu mismo descubras tus debilidades y tus fortalezas, así puedo con mucha seguridad y confianza ganarme tu cariño y respeto. Tú sabes que yo soy tu amigo, y sabes que puedes contar conmigo. Sé que tienes muchas potencialidades, quizá las ignores, sólo permíteme que ausculte tu pensamiento, que te tome de la mano y te muestre el anchuroso y calmo mar del saber, del saber hacer, del saber ser y del saber convivir. No será un secreto, será algo que podamos gritar a voz en pecho. para que todos sepan que podemos equivocarnos, pero que podemos rectificar y cambiar de actitudes, sólo de esta manera seremos mejores, sólo asi podremos autodisciplinarnos. Sé que si cumples tu parte en el pacto, yo tomaré muy en cuenta todo lo que haces bien, pero con el respeto que nos tenemos, tambièn podré indicarte aquello que debiste hacer y no lo hiciste.
Sé perfectamente que las evaluaciones son requisitos necesarios, son herramientas que tanto a ti como a mí nos dan la pauta de lo que ambos sabemos, son termómetros que miden tu capacidad y la calidad de lo que yo te transfiero, quizá con el tiempo ya no existan, todo depende de ti y de mí y de si vamos a continuar permanente con el pacto, pues si estamos dispuestos a cambiar de actitud, esta será nuestra evaluación que verdaderamente trascienda los límites de aquello que creíamos imposible.
Claro que yo tengo en cuenta el esfuerzo que tu haces en progresar, pero también te incito a que pongas el doble o el triple de la energía que posees, sólo así podrás salir adelante y ser mejor, esto cuesta, tiene un precio implica vigor, ánimo, anhelos . La vida nos lleva tan rápidamente, las presiones en que nos vemos todos los días, son necesarias. En una metrópoli, como la que habitamos si no tenemos presiones no vivimos.
Confío en ti, pero debes merecer esa confianza, el pacto así nos lo propone. Nunca deseo que fracases, más bien deseo que triunfes, porque con ello yo también triunfo, recuerda que somos amigos, el triunfo tiene muchos padres, el fracaso es huérfano, no deseo que seas uno de tantos huérfanos que van por el mundo con el dolor a cuestas como una joroba que les estorba, que les resta personalidad, que les hace huir de si mismos, no, no y no, eso no lo deseo para ti.
Entre amigos no deben haber hostilidades, no te ruego que te portes bien, porque al fin y al cabo en el pacto que hicimos todo está determinado, yo te cumplo y tu me debes cumplir con todo lo que concierne a tu papel de estudiante, así pues debes entregar a tiempo tus tareas, pues debes estar consciente, como lo dice el poeta, de que eres arquitercto de tu propio destino, yo sólo te llevo de la mano, ahí tu si te sueltas, pues te va a costar alcanzarme y volver a tomar mi mano, mi mano de amigo, mi mano de hermano, mi mano de padre. No justifiques tus irregularidades echándole la culpa al tiempo, “No tuve tiempo de hacer mis tareas, es que me agarró el tiempo”. El pacto que hicimos implica una coexistencia pacífica con el tiempo, ni el nos persigue, ni nosotros huimos de él, porque un día nos encontraremos”. El tiempo allí está, siempre disponible, quizás no sabemos administrarlo, pero ya aprenderemos, recuerda que estamos aprendiendo a aprender. “No te voy a decir para que los olvides, ni te voy a enseñar para que lo recuerdes, te voy a involucrar para que aprendas, para que cambies, para que trasciendas, para que seas útil e indispensable.
Nunca te voy a ignorar, ni aún cuando pasen los años, siempre te quiero recordar, te quiero traer a la memoria, como persona que te elevaste, pero que yo también me elevé contigo.
La comparaciones entre amigos no tienen razón de ser, cada quien en medio de sus limitaciones está obligado a ser original, porque sino ¿en donde están tus cualidades? En donde está tu capacidad de ser humano, cuesta ser humano, pero bien vale la pena hacer un esfuerzo. Por último, no quiero que tengas un concepto superior de mi, solamente quiero que me recuerdes, hoy, mañana y siempre.

Anónimo dijo...

RESPUESTA A LA CARTA DE UN ALUMNO A SU MAESTRO

Recibí tu carta, me llegó a lo más profundo de mis entrañas, me hizo cosquillas en el alma. Propició mi reflexión toda la noche. Me alegro que sugieras un pacto, lo que pides es correcto, tu propuesta es aceptable. ¡Cuánto tengo que cambiar!. Estoy dispuesto a mostrarte el pleno camino del aprender a aprender, para que desarrolles tu personalidad, ante todo para que seas acertivo-asertivo.
Nada de regaños, todo será exhortación, ya no prevalecerá la “razón de la fuerza, sino la fuerza de la razón”, reconoceré en ti la persona que eres, con tus defectos y virtudes, pero ante todo favoreceré las condiciones, a razón de la luz que puedan llevar mis palabras y mis actos, para que tu mismo descubras tus debilidades y tus fortalezas, así puedo con mucha seguridad y confianza ganarme tu cariño y respeto. Tú sabes que yo soy tu amigo, y sabes que puedes contar conmigo. Sé que tienes muchas potencialidades, quizá las ignores, sólo permíteme que ausculte tu pensamiento, que te tome de la mano y te muestre el anchuroso y calmo mar del saber, del saber hacer, del saber ser y del saber convivir. No será un secreto, será algo que podamos gritar a voz en pecho. para que todos sepan que podemos equivocarnos, pero que podemos rectificar y cambiar de actitudes, sólo de esta manera seremos mejores, sólo asi podremos autodisciplinarnos. Sé que si cumples tu parte en el pacto, yo tomaré muy en cuenta todo lo que haces bien, pero con el respeto que nos tenemos, tambièn podré indicarte aquello que debiste hacer y no lo hiciste.
Sé perfectamente que las evaluaciones son requisitos necesarios, son herramientas que tanto a ti como a mí nos dan la pauta de lo que ambos sabemos, son termómetros que miden tu capacidad y la calidad de lo que yo te transfiero, quizá con el tiempo ya no existan, todo depende de ti y de mí y de si vamos a continuar permanente con el pacto, pues si estamos dispuestos a cambiar de actitud, esta será nuestra evaluación que verdaderamente trascienda los límites de aquello que creíamos imposible.
Claro que yo tengo en cuenta el esfuerzo que tu haces en progresar, pero también te incito a que pongas el doble o el triple de la energía que posees, sólo así podrás salir adelante y ser mejor, esto cuesta, tiene un precio implica vigor, ánimo, anhelos . La vida nos lleva tan rápidamente, las presiones en que nos vemos todos los días, son necesarias. En una metrópoli, como la que habitamos si no tenemos presiones no vivimos.
Confío en ti, pero debes merecer esa confianza, el pacto así nos lo propone. Nunca deseo que fracases, más bien deseo que triunfes, porque con ello yo también triunfo, recuerda que somos amigos, el triunfo tiene muchos padres, el fracaso es huérfano, no deseo que seas uno de tantos huérfanos que van por el mundo con el dolor a cuestas como una joroba que les estorba, que les resta personalidad, que les hace huir de si mismos, no, no y no, eso no lo deseo para ti.
Entre amigos no deben haber hostilidades, no te ruego que te portes bien, porque al fin y al cabo en el pacto que hicimos todo está determinado, yo te cumplo y tu me debes cumplir con todo lo que concierne a tu papel de estudiante, así pues debes entregar a tiempo tus tareas, pues debes estar consciente, como lo dice el poeta, de que eres arquitercto de tu propio destino, yo sólo te llevo de la mano, ahí tu si te sueltas, pues te va a costar alcanzarme y volver a tomar mi mano, mi mano de amigo, mi mano de hermano, mi mano de padre. No justifiques tus irregularidades echándole la culpa al tiempo, “No tuve tiempo de hacer mis tareas, es que me agarró el tiempo”. El pacto que hicimos implica una coexistencia pacífica con el tiempo, ni el nos persigue, ni nosotros huimos de él, porque un día nos encontraremos”. El tiempo allí está, siempre disponible, quizás no sabemos administrarlo, pero ya aprenderemos, recuerda que estamos aprendiendo a aprender. “No te voy a decir para que los olvides, ni te voy a enseñar para que lo recuerdes, te voy a involucrar para que aprendas, para que cambies, para que trasciendas, para que seas útil e indispensable.
Nunca te voy a ignorar, ni aún cuando pasen los años, siempre te quiero recordar, te quiero traer a la memoria, como persona que te elevaste, pero que yo también me elevé contigo.
La comparaciones entre amigos no tienen razón de ser, cada quien en medio de sus limitaciones está obligado a ser original, porque sino ¿en donde están tus cualidades? En donde está tu capacidad de ser humano, cuesta ser humano, pero bien vale la pena hacer un esfuerzo. Por último, no quiero que tengas un concepto superior de mi, solamente quiero que me recuerdes, hoy, mañana y siempre. Rigoberto Ramírez Cansur, fin de semana.